martes, 19 de agosto de 2014

Praia da Adraga

Adoro esta playa. Soy "adragadicto". Si voy a Lisboa siempre me acerco a ella, ya que si se visita Sintra, se encuentra a una media hora de esta. Para mí es la mejor playa de todo el Parque Natural Sintra-Cascais. Ni grande ni pequeña, tiene un único restaurante con un bar donde tomarte alguna cerveza rápida con algo de comer. Y la playa, con su sempiterna roca partida a un lado, es una auténtica maravilla. El fuerte oleaje puede asustar, pero si uno se atreve se ve recompensado por un baño (algo agitado) en una playa espectacular. Debido a la fuerza del oleaje y a la práctica del surfing, la playa dispone de vigilancia. Y por aquí pasa la ruta del Cabo da Roca.

Adraga



Adraga

El hombre de esta escena (que parece sacada de El planeta de los Simios, me dice un amigo), las tres veces que he visitado esta playa, rondaba por el restaurante de allí. Tiene pinta asilvestrada, de grandes ojos verdes y una gran barba hirsuta que le dan pinta de marinero de los Mares del Sur, o de pirata de La isla del Tesoro. Puede que efectivamente sea pescador, lo desconozco, pero es algo que me intriga (y no manejo de momento el portugués para interrogarlo).

Esta ha sido la única vez que lo he visto entrar en el agua a bañarse, y lo hizo con una tranquilidad enorme, como llamado desde la distancia por las olas, sin dejar de contemplar lo que tenía delante de él, un lugar salvaje del que formaba parte de alguna manera, realizando un rito llevado a cabo innumerables veces, para después, con la misma calma, salir del agua, cual ser marino más que acaba de abandonar su medio natural, y dirigirse al restaurante, donde se sienta de nuevo, pausadamente, a tomar el sol, purificado por las salvajes aguas atlánticas, con un botellín en la mano, mirando con calma y distancia al resto de los mortales.

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