En el viaje que hice por la costa Brava desde Blanes hasta el Cabo de Creus conocí este pueblecito encantador. En un brazo de la bahía se encuentra la Vila Vella, recinto amurallado medieval del s. XII que antiguamente era la vieja ciudad en sí, tiene siete torres y servía para defenderse de los ataques de los piratas del norte de Africa. Las murallas son las únicas de Cataluña que quedan sin grandes daños.
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