domingo, 17 de septiembre de 2017

Cabo Sardão

Faro del Cabo Sardão
Faro del Cabo Sardão
Vengo algo decepcionado, pensaba pasear tranquilamente por allí y comprobar si todavía quedaban nidos de cigüeñas en los riscos de los acantilados, pero no hubo suerte. Lo que encontré en su lugar fue una especie de romería de guiris por los acantilados. El Cabo Sardão se ha convertido en un ejemplo de que el turismo de masas también llega a la naturaleza...

Incluido dentro de la Rota Vicentina, los hermosos acantilados a pie del faro, con sus famosos nidos de cigüeñas, ahora son pasto de las hordas turistas... Es la cara oscura que tiene hacer de una maravillosa costa como la alentejana parte integrante de una ruta que si bien pretende dinamizar económicamente la zona, trae consigo ciertos costes a pagar.

Cabo Sardao
Si hace cinco años cuando estuve no había nadie (fue en invierno, tengo que decir), esta vez, en septiembre, los turistas paseaban por los acantilados como Pedro por su casa. Ya no hay misterio en pasear por ellos, hay estrés por acercarse a ver las vistas, con gente detrás esperando su turno. Al parking no paraban de llegar coches o furgonetas descargando senderistas...

Portugal ya tiene su nuevo Camino de Santiago, la Rota Vicentina, una nueva atracción turística que visitar con prisas, hacerse la foto de rigor y marcharse. Pienso que es un mal precio a pagar si se pretende copiar el modelo de explotación turística del vecino español, sobretodo en un sitio tan hermoso y desconocido como era esta costa, que va dejando de serlo. Por eso muchas veces dudo, y pienso si debería de dejar de escribir sobre estos lugares para no contribuir, aunque sea en lo más mínimo, en la aceleración de este triste proceso...

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