Encantadora ciudad medieval situada en el departamento de Dordoña, siendo por su arquitectura el lugar más visitado de ésta zona y el decimocuarto de Francia, con 1.500.000 de visitantes al año, muchos de ellos del norte de Europa. El foie-gras y la trufa son productos típicos de la región.
Perderte paseando tranquilamente por sus calles es todo una delicia. Sarlat es un pequeño laberinto de calles y casas de color miel restauradas por un programa estatal de los años 60 llevado a cabo por el ministro francés André Malraux, el cual pretendía conservar los centros históricos mas representativos del país. Es de hecho, la ciudad europea que posee el mayor nº edificios declarados monumentos históricos por metro cuadrado.
Perderte paseando tranquilamente por sus calles es todo una delicia. Sarlat es un pequeño laberinto de calles y casas de color miel restauradas por un programa estatal de los años 60 llevado a cabo por el ministro francés André Malraux, el cual pretendía conservar los centros históricos mas representativos del país. Es de hecho, la ciudad europea que posee el mayor nº edificios declarados monumentos históricos por metro cuadrado.
Empezamos el recorrido nada más entrar en el casco antiguo por La Maison de La Boétie, estadista y escritor francés del siglo XVI , y considerado uno de los precursores intelectuales del anarquismo. El edificio es uno los emblemas de la ciudad por su techo picudo y sus ventanales.
Saliéndonos un poco del circuito, en la parte norte de la ciudad, se encuentra este jardín con un muro en el que aparecen los nombres de los caídos del lugar que lucharon en la Segunda Guerra Mundial.
Boîte à Lire... deja un libro y coge otro, curiosa forma de incentivar la lectura. En España esto duraría dos días... a veces pienso que los bárbaros están al sur y no al norte de los Pirineos.
Siguiendo con el paseo nos topamos con la Torre de la iglesia de Santa María (Eglise St. Marie), de estilo gótico. Puede subirse a ella en un ascensor y contemplar las vistas de la ciudad.
Estatua de patos/ocas en la Place Jacques Boissarie. A nuestras espaldas se encuentra la anterior Iglesia de St. Marie
Y por último volvemos a la Place de la Liberté, el centro neurálgico de la ciudad. En ella los sábados se celebra un famoso mercado, donde se puede encontrar un excelente foie gras y exquisitas trufas. Al fondo se puede ver la torre de la catedral Saint-Sacerdos (cathédrale Saint-Sacerdos) del siglo XVI-XVII. De noche, como se vé, hay mucho movimiento también, y es una gozada pasear por sus calles. "Este es el paraíso de los franceses" dijo Henry Miller cuando la visitó...
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